Oskar Schindler, el hombre que salvó a 1200 judíos del holocausto
Una de las películas que tienes que ver antes de morir es La lista de Schindler. La cinta que dirige Steven Spielberg es uno de los mejores dramas jamás rodados. Y no es para menos, ya que la historia y el hombre que dan nombre a la película dejaron huella en la historia. Oskar Schindler ayudó a 1.200 judíos durante el exterminio nazi del holocausto a escapar de ir a las cámaras de gas. Para ello empleó su propia fábrica como tapadera.
Oskar era un empresario que poseía una fábrica de utensilios de campaña para el ejército. Convenció a los nazis de la utilidad de sus judíos para la producción de su empresa, apuntándoles en la famosa lista de Schindler. Su historia, aunque recordara por salvar la vida de los judíos, también guarda ciertas curiosidades.
Trabajó para el servicio de inteligencia de la Alemania nazi desde 1936, afiliándose al partido nazi en 1939. Durante una de sus misiones en la antigua Checoslovaquia, fue capturado, aunque terminó absuelto por los Acuerdos de Múnich del 39. También pasó información desde Polonia antes de la invasión, lo que supuso el estallido de la Segunda Guerra Mundial.
¿Cómo salvó Schindler a los judíos?
En 1939, Schindler compró una fábrica en Cracovia, Polonia, para la que pidió trabajadores judíos. Aunque al principio solo buscaba su propio beneficio, cuando se dio cuenta de la realidad utilizó sus contactos para salvarlos. Llegó a sobornar a oficiales nazis para mantener a sus empleados a salvo. En julio del 44, cuando las fuerzas de Hitler ya comenzaron a verse mermadas, trasladó a los judíos a Brünnlitz.
Tras la guerra, Schindler recuperó parte de su fortuna (que había empleado para los sobornos) con donaciones de distintas organizaciones judías. Se mudó a Argentina junto a su esposa, donde se separó de ella y entró en bancarrota. Volvió a Alemania, donde consiguió vivir gracias al apoyo de los judíos a los que había ayudado. Finalmente, murió en 1974, y enterrado en el Monte Sion de Jerusalén.